Message from Father Pray | Mensaje del Padre Orar

June 30

The Gift of Freedom and Prayer

My dear friends,

I am blessed to be assigned to St. Francis Xavier parish and can’t wait to work with each one of you during my assignment. My year as a deacon was transformative and inspirational and I prayed for you often during that year and leading up to my ordination. I trusted fully in Bishop Senior’s discernment to send me where I was most needed and was delighted to find out, when many of you did, that I would return to St. Francis. Please don’t hesitate to reach out to me by phone, text, or email if you need anything. I’m ordained to serve and will do my best to meet your needs as your new priest. You all give me strength to be the best priest I can be.

My formation for the priesthood taught me a lot about the importance of trusting in God and Holy Mother Church. I’ve found that when I trust and fully open myself to God’s plan for my life, I possess the freedom to be who he made me to be. That freedom, conformed to his will, is a fundamental aspect of our vocation as Christians. Accepting that trust, which at times is difficult, is the best and only way for us to live our lives. We don’t know what’s around the corner, but God does, and if we trust him, we’re free to act in the way he wants us to for this particular moment and in our community.

This week, we celebrate Religious Freedom week and being in Gettysburg, we remember especially the sacrifices of those who came before us to preserve our freedom and live out God’s plan for each of us. We must celebrate and defend our freedoms and rights, especially the freedom to worship our God through mass, adoration, and our parish’s many and varied ministries. Let us never take that freedom for granted and pray to the Holy Spirit for faith and guidance to always proclaim the gospel to all whom we meet and see, in and through the example of our lives and by our words, actions, and deeds. Further, let us redouble our efforts topray for our civic leaders, our country, and the whole world, that the dignity of life be protected, that the poor and the marginalized receive what they need to flourish, and that our freedom to worship God in our great country be protected for centuries to come.

God bless you all!

Fr. Michael Pray

Español

El Regalo de la Libertad y la Oración

Mis queridos amigos,

Soy bendecido al ser asignado a la parroquia de San Francisco Javier y no puedo esperar para trabajar con cada uno de ustedes durante mi asignación. Mi año como diácono fue transformador e inspirador y recé por ustedes a menudo durante ese año y hasta mi ordenación. Confié plenamente en el discernimiento del Obispo Senior para enviarme a donde más me necesitaran y me alegró descubrir, como muchos de ustedes, que regresaría a San Francisco. Por favor, no duden en ponerse en contacto conmigo por teléfono, mensaje de texto o correo electrónico si necesitan algo. Estoy ordenado para servir y haré lo mejor que pueda para satisfacer sus necesidades como su nuevo sacerdote. Ustedes me dan la fuerza para ser el mejor sacerdote que puedo ser.

Mi formación para el sacerdocio me enseñó mucho sobre la importancia de confiar en Dios y en la Santa Madre Iglesia. He descubierto que cuando confío y me abro completamente al plan de Dios para mi vida, poseo la libertad de ser quien Él me hizo ser. Esa libertad, conformada a su voluntad, es un aspecto fundamental de nuestra vocación como cristianos. Aceptar esa confianza, que a veces es difícil, es la mejor y única manera de vivir nuestras vidas. No sabemos lo que hay a la vuelta de la esquina, pero Dios sí, y si confiamos en Él, somos libres para actuar de la manera que Él quiere en este momento particular y en nuestra comunidad.

Esta semana, celebramos la semana de la Libertad Religiosa y, estando en Gettysburg, recordamos especialmente los sacrificios de aquellos que vinieron antes que nosotros para preservar nuestra libertad y vivir el plan de Dios para cada uno de nosotros. Debemos celebrar y defender nuestras libertades y derechos, especialmente la libertad de adorar a nuestro Dios a través de la misa, la adoración y los muchos y variados ministerios de nuestra parroquia. Nunca debemos dar por sentada esa libertad y rezar al Espíritu Santo por fe y guía para proclamar siempre el evangelio a todos los que encontremos y veamos, a través del ejemplo de nuestras vidas y con nuestras palabras, acciones y hechos. Además, redoblemos nuestros esfuerzos para orar por nuestros líderes cívicos, nuestro país y el mundo entero, para que se proteja la dignidad de la vida, para que los pobres y los marginados reciban lo que necesitan para prosperar, y para que nuestra libertad de adorar a Dios en nuestro gran país sea protegida por siglos venideros.

¡Dios los bendiga a todos!

P. Michael Pray

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